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viernes, septiembre 11

"Independencia Financiera" (Ramtha)

¡DE CÓMO COMER PAN Y PEDAZO!


En el mundo de hoy, solamente encontráis que no sois felices porque no tenéis suficiente, es posible que nunca lleguéis a estar satisfechos mientras estéis a merced de la vida.


El hombre que soñó con la sed

Había una vez un hombre que yacía sobre un camastro en su choza, muy cerca de la ventana. El cristal de su ventana estaba tan limpio que parecía como si nada impidiera que uno sacara la mano y pudiera sentir el aire.

Y cuando estaba en su camastro, el hombre soñó que tenía sed Y el camastro se convirtió en la tierra reseca y cada movimiento hacía que el polvo de color azafrán se levantara y luego cayera y se acumulara entre sus pestañas. Su lengua se hinchó de la sed y sus labios se rajaron debido al continuo lamer hasta que ya no le quedaba humedad en la boca.

Y el sueño era de intensa sed.

Se acostó en su camastro, que en el sueño era la tierra cubierta de polvo de color azafrán. Y mientras yacía allí, Ra, el sol en su grandioso cénit, lo golpeaba sin misericordia. No podía levantar un brazo ni llamar a alguien para que calmara su sed con una gota del precioso líquido. Y no se podía mover en su camastro, para que la tierra no lo tapara. En ese sueño suyo no sabía que estaba soñando y su sed era insaciable.


Mientras yacía allá en tormento, sus labios y lengua destemplados, una suave lluvia caía por fuera de su ventana.


El hombre que tuvo el sueño de la muerte

Había un hombre que yacía en su camastro y tuvo un sueño de temor; soñó que moría. En el sueño, hacía esfuerzos por ganarle la carrera a un jinete. A distancia podía oír las pezuñas del caballo. Pero aunque se esforzaba, no se podía mover y las pezuñas se acercaban más y más.

Desesperadamente trató de gritar para conservar la vida, pero en el sueño no se podía mover y las pezuñas de los caballos producían fuego al chocar con las rocas y hacían temblar la tierra. Sentía pánico, y soñó que su muerte estaba sólo a unos metros de distancia.

En medio de su desesperación para correr, no se percató del sol o del viento que movía su cabello. Pasó por alto la tierra, la dulce tierra que estaba debajo de sus pies. Y mientras soñaba que la muerte se le acercaba cada vez más, el invierno se convertía en primavera y la desnudez del gran roble y sus largos y sinuosos dedos de yermas ramas prometían la esperanza de la primavera.


El hombre que tuvo el sueño de la escasez

Había un hombre que yacía sobre su camastro y tuvo el sueño de la pobreza. En su sueño, la oportunidad nunca tocaba a su puerta. En este sueño, él era un mendigo que desesperadamente pedía limosnas. No tenía más que una vestidura de lino que ya había sido remendada en varias ocasiones y sus botas ya no tenían tacones. No tenía ni un dije de oro que brillara con el sol. No tenía nada. Este era su sueño de pobreza. y mientras soñaba, afuera de su ventana soplaba un agradable viento. Las flores silvestres se bañaban en el sol y el viento soplaba polen y semillas hacia el útero de la tierra que esperaba en armonía, balance y sencillez.


El hombre que tuvo el sueño de Dios

Había un hombre que soñó que era Dios. En su sueño, todas las cosas eran posibles. Si lo deseaba, en un momento podía descender hasta lo más profundo, arrojar su red y sacar peces grandes, carnudos, brillantes y plateados. Cuando arrojaba su red, el mar le mostraba su gran abundancia.
En su sueño era Dios y a su vista nada perecía, ni el asalto de las estaciones lo afectaba. Tuvo un sueño de gozo, y todas las cosas resonaban con una música que nunca era desentonada, siempre era armoniosa. En su sueño, todo vibraba y los matices de los colores trascendían la percepción humana. En este sueño todas las cosas se combinaban y daban origen a la canción que es el pensamiento de Dios.

Y caminaba sobre praderas de color esmeralda, veía las flores brillar tenuemente en sus dorados pétalos. En ningún lugar de su sueño había furia, malicia, crítica o envidia. Tampoco había enfermedad, ni dolor, ni penas. Todo era como una eternidad que entonaba una canción de armonía.

Así era el hombre que tuvo el sueño de que era Dios. En ninguna etapa del sueño consideró la posibilidad de estar soñando, y despertó para darse cuenta de que estaba dormido.


Sed aquellos que tienen el sueño del Despertar

El sueño en el que vivís es el sueño.

Cuando despertáis, lo que veis alrededor ya no tiene sentido porque por fuera del sueño están las posibilidades armoniosas de la vida eterna. Por siempre, y para siempre.

Estáis en un sueño. Y todas vuestras percepciones,
inclusive la manera como las consideráis,
se basan en cosas perecederas, no en cosas eternas.
Tenéis el sueño que opaca todos los otros sueños.

Soñáis que todo es un imposible.
Y como ese sueño es el vigilante
de todas las cosas irrealizadas,
vivís en la ilusión llamada limitación.

¿No sabéis que por fuera de vuestra ventana está lloviendo?

¿No sabéis que por fuera de vuestra ventana lo que murió en el invierno volverá a nacer en la primavera?

¿No sabéis que lo que está por fuera de vuestra ventana es la abundancia de la multiplicación? ¿Las semillas de la genialidad?

¿No sabéis que estáis dormidos, soñando con la armonía, soñando con Dios?

La Manifestación -lo que estáis aprendiendo aquí- es la ciencia emocional. La emoción es lo que está vivo; vuestra lógica está muerta. La emoción es una vitalidad que trasciende los horrores del intelecto. ¿No sabéis que cuando estáis dentro del intelecto, nunca habéis vivido ?

Cuando experimentáis los espasmos en el proceso de manifestación, ¿no sabéis que sois el Dios que camina sobre verdes pastos y escucha la canción de la armonía? Porque allí, en ese proceso, yace la eternidad que no tiene ni el principio ni el fin de los confines que limitan la factibilidad de todas las cosas.

Si hubiera un final en la naturaleza, no podría haber evolución. Vosotros que utilizasteis el poder, lo veis al contrario. Consideráis la imaginación encendida y el éxtasis de una fantasía como algo irreal. Es lo contrario. Es en la enormidad del cuerpo emocional alineado donde creáis lo que es en verdad real desde el Señor Dios de Vuestro Ser. pensáis que es al contrario, porque ese es el drama humano.

El drama humano termina cuando encuentra la diferencia entre la ilusión y la realidad. Si creéis que lo aceptáis y abrazáis cuando vais hacia adentro y traéis el sueño a la superficie es pura imaginación, entonces también debéis pensar que el Reino de los Cielos que está adentro es igualmente pura imaginación.

Tenéis que saber esto; debe resonar con la verdad. Porque si el Reino de los Cielos está adentro, entonces es el adentro lo que crea todo el afuera.

Es el adentro lo que os mantiene en esa estrechez de mente y de lucha. No os permite tener el privilegio de la vida ilimitada. ¿Y sabéis porqué forcejeáis? Porque sois intolerantes, de mente estrecha. Porque estáis dormidos en un sueño en el cual estáis atascados. Cuando despertáis emocionalmente, toda la lucha, el dolor, la pena y la herida dejan de existir.

Cuando despertáis emocionalmente llega la armonía. Se os hace muy difícil abrazar este privilegio de saber. Es un privilegio saber lo que estáis aprendiendo, o sea, que tenéis que cambiar de actitud en cuanto a lo que es real y lo que es ilusorio.

Si queréis ser realistas, sentid emoción, pues en ese estado no hay hipocresía.

Si os aventuráis a presumir y ampliáis vuestra capacidad para alcanzar ese estado de razón pura, en donde dais a luz otra parte de vuestro cerebro que os permite aceptar la majestuosidad de un pensamiento más grandioso, de manera innata sabréis que lo que os he contado es una gran verdad. Vuestro cerebro se abrirá y fluirán pensamientos divinos, no pensamientos del drama humano. Y en ese pensamiento, en esa presunción, os empezaréis a dar cuenta de que, emocionalmente, habéis creado toda vuestra infelicidad, la cual se ha manifestado en vuestro sueño de limitación.

Y en un momento, en medio del caos, con un cambio de actitud, disparado con deseo, podéis resolverlo, poseerlo, y alcanzar la felicidad, pues el caos ya no existe. Yo os digo, esta carne y hueso pasarán, pero es la calidad de la corona de vuestra alma y espíritu lo que reemplazará el reino de carne y hueso. Solamente a través de esa alma y ese espíritu se conservan la inmortalidad del amor, el gozo y la sabiduría profunda, porque todo lo demás perece y el cuerpo regresa al polvo.

¿Qué es real? ¿Qué es lo que sostiene lo eterno? Al razonar, uno saca la conclusión de que es el reino: tomando el legado de la verdad de que YO SOY DIOS hasta su cénit; dándose cuenta de que la perennidad de lo que sois es por siempre. SOIS DIOS.

¿Y qué es lo que acumuláis que es eterno? El entendimiento de que emoción es verdad. Ver al mundo con la emoción adentro es la manera de acopiar la riqueza que se llama sabiduría y el saber interior que dan origen a un magnífico Ser de Luz que le ha ganado la guerra a la muerte y a todas las cadenas que os atan a la carne. Por siempre y para siempre.

No se puede ser un "realista" y saber de manera innata que se es eterno. Sólo se sabe que se es hipócrita, el que no tiene Dios nunca vivió. Saber que se aceptó el sueño, con las emociones, es la gran realidad y saber eso con absoluta certeza equivale a ser liberado del sueño, a despertar.

¿Qué es la luz de Dios? ¿Cuál es el poder de un Cristo? ¿Cuál es la magia que se os escapa totalmente de las manos? Es la verdad emocional. Cuando emerge, la talláis en partes y descartáis lo que no es real en vuestro sueño.

¡Despertad! Afuera está lloviendo.

¡Despertad! El invierno está pasando. Se aprecia el color de malva de la primavera y los botones rosados ya están sobre los sinuosos dedos negros del majestuoso roble. ¡El vive de nuevo!

Queridos maestros, manifestar es sólo un pedazo del pastel del rey. Pero, como veis, al rey le toca todo el pastel. ¡Por eso es el rey! Aceptar y abrazar es sólo una parte. Vosotros sois soñadores que permanecéis en la limitación más grande de todas: la noción de la imposibilidad.

Lo que es custodiado por la imposibilidad
nunca se convierte en realidad.


Y por eso no sois el genio; carecéis de Dios, sois los muertos vivientes, porque no os podéis dar cuenta de lo que está adentro, de la necesidad que tiene que ser satisfecha. ¿Y por qué tiene que ser satisfecha? No para que sea propiedad de la humanidad, ni para que la naturaleza se alegre con vosotros, ni para forrar vuestros bolsillos con oro. En esencia, la necesidad se satisface para que resalte como un tributo tridimensional al poder que está dentro de la gloria de Dios, el Padre, por siempre y para siempre.

No es el oro, es la magia de lo que está dentro de él. Y dice: "Mírame; vengo del que me envió". Y Su nombre es Eterno.

¡Está lloviendo afuera, vosotros los que necesitáis dinero! Y cuando lo gastéis todo, vais a necesitar más.

Ya viene la primavera.

Parte del pastel es la capacidad para mirar vuestra independencia y tener la sensación de que estáis sólidos desde el punto de vista financiero, de manera que podáis dedicar vuestra vida a Dios, ¿correcto? ¡ Pues no! Continuamente estaríais protegiendo las finanzas para que el balance nunca esté en rojo.

Todavía estáis aprendiendo lo que es parte del pastel, pero eso no sucederá hasta que vuestra actitud cambie. En este momento, vuestra actitud está contra vosotros, porque, como veis, para vosotros todo esto no es todavía más que una deliciosa fantasía. Cuando dejáis este libro y os retiráis a dormir, meditáis con vuestra mente realista: "Esto no puede ser cierto; no soy digno de esto".

Para cambiar vuestra actitud,
debéis usar la razón pura hasta el cénit
de vuestra entereza.
Tenéis que dejar ir vuestra mente de mono.


¿Cómo conocéis la forma de abrir el gran séptimo sello, la pituitaria, el guardián del asiento del cerebro? ¿Como lo abrís? Si tratáis de lograrlo mediante las drogas, moriréis. Si ensayáis los cánticos, os volveréis roncos. Si tratáis con la meditación, sólo correréis alrededor de las esquinas de vuestra caja. Lo lográis al invertir con intensidad la actitud; entonces, desde ahí, empezaréis a cuestionar el otro lado de ella.

¿Qué es real y qué es ilusión? Preguntad: "¿Qué tal si...?" Seguid preguntando y la pituitaria empezará a responder. Ese fantástico elíxir brillante de hormonas comenzará a abrir el cerebro y la pituitaria florecerá como una gran flor de loto. Y los "qué tal si..." os llevarán más lejos a medida que abren el cerebro más y más, de modo que podáis aceptar y abrazar el pensamiento, la belleza de lo que Dios es, en todas las profundidades de su misterio. Eso es lo que abre el gran séptimo sello.

Las mentes perezosas, las mentes metafísicas, los maestros espirituales, las dietas, los cristales, los amuletos y los circones no hacen más que adornarla caja. Nada más. Vais a morir, bien adornados. Es que no está afuera; está adentro. Sois la máquina más maravillosa que se haya construido. Sois el cuerpo viviente del Dios viviente, y él está allá, detrás de los sueños. Y el genio está allá, en el punto donde la actitud se cambia.

La conciencia social es una ilusión; la emoción es una realidad y si pudierais aceptar eso, rápidamente comenzaríais a eliminar al guardián de todos los sueños, y ellos empezarían a fluir como un río. ¿Y adonde van? ¡Regresan a Dios! Podríais mirar a la superficie de esos sueños, como si fuera un río, y ver vuestro rostro. Podríais mirarlo y decir: ''Soy yo". Entonces poseeréis el saber interior, el conocimiento, la verdad que va más allá de la idiotez de los ritos. Entonces poseeréis la verdad que se extiende más allá del juego, más allá de la caja. Es la verdad que recorre todo el camino hasta la inmortalidad.

Estáis en capacidad de ser genios. No es algo que yo os pueda dar, algo que pueda poner en vuestra mano. Ningún mensajero aparecerá portando el regalo del genio para que os adornéis con él. No es algo que conseguiréis besándole los pies a otro, con la esperanza de que se os pegue algo.

Es algo innato para vosotros. El genio es la fuente que no ha sido consultada, el brillo, el salto cuántico de una vida que puede llegar hasta la eternidad.

El cuerpo es controlado por la pituitaria, la cual por medio del flujo hormonal, monta la glándula que produce la vida o la prepara para que termine.

Habéis poseído un poco de emoción la cual invertisteis en vuetra fantasía, pero todavía no poseéis el genio. Hasta que invirtáis la emoción, el próximo paso en manifestación os dejará preguntando que pasó y desechando el proceso.

La limitación más grande de todas es la actitud

¿Sabéis por qué nunca lo lográis completamente? Porque para vosotros lograrlo, es un sueño, y soñáis que muy pocos lo logran. Muy pocos lo obtienen, lo son, llegan a serlo, lo demuestran. Vuestra mente y emoción son los más grandes activos que poseéis; nunca se pueden vender. El hombre puede matar el cuerpo, pero nunca el alma, vuestro espíritu. Os pueden apedrear, mas nunca os lastimarán. Nunca podrán magullar el alma y el espíritu que es Dios. El perdona con compasión y vive para siempre.

Muy pocos obtendrán todo el pastel, porque vuestra mente de mono busca esta explicación racional: "Esto no es más que las enseñanzas del Ram". Y muchos me niegan y dicen que ya no existo, porque cuando ellos deciden que yo ya no existo, se les hace más fácil desechar lo que se ha impartido, y ya no se sienten obligados a seguir con el otro paso. ¿Veis? Yo me convertí en su excusa: "No importa; eso no es real".

En el proceso de manifestación, obtendréis el gran milagro y os preguntaréis por qué todavía no sois felices. En un momento sentiréis un arrebato, celebrando vuestro éxito con toda pompa, pero luego se presenta otra cosa y ya olvidáis todo lo que habéis aprendido. ¿Por qué? Porque asumís una actitud de ansiedad nerviosa.

Afirmáis que os sentáis en mucho silencio para empezar este proceso porque no queréis molestar al vecino. Oh, mansa entidad, la verdadera razón de ese silencio es que dudáis de lo que estáis haciendo.

Si os diera un amuleto y dijera: "Id y frotad esto todas las noches; remojadlo en agua, sacadlo y luego bebed el agua", lo haríais a toda velocidad. (Y obtendríais algunos resultados). Pero cuando el asunto es con vosotros, absolutamente solos, inventáis excusas para no participar puesto que vuestra actitud invertida dice: "Esto no es real". Por eso es por lo que algunos de vosotros en un momento sois curados mediante estas enseñanzas, mientras que otros permanecen inválidos.

¿Por qué los milagros les suceden a unos y a otros no, considerando que todos repiten la misma oración?

¿Dónde está la actitud? Ahí está todo el secreto. El sueño que os mantiene rezagados, que os impide llegar adonde queréis ir, es un sueño de vuestra creación; lo aceptasteis. La sociedad entera está como prueba irrefutable de que tuvisteis todo el derecho a crearlo. Sí, todos los días la sociedad os dice lo que es real; todos los días os da pruebas por medio del oscuro pantano de la plaza de mercado, mediante la iniquidad de la limitación. El hombre calumnia y asesina a su hermano y viola la inocencia. El hombre hace tratos y construye paredes. Los precios están en un cambio continuo y os preguntáis cuál es vuestro puesto en todo esto. ¡Es ahí donde os afirman que el sueño viejo es real!

¿Cómo os despierto de ese sueño? El comienzo es el análisis de este conocimiento; ahí todo empieza a tomar forma. El conocimiento, no los ritos, da origen a la apertura del cerebro; cambia la calidad de la vida.

¿Qué puedo hacer para intensificar el conocimiento? Puedo enviar muchos mensajeros, pero como veis, ellos son más bien como una especie de placebo. Os pueden afirmar por un momento que estáis bien, pero inmediatamente regresáis a vuestros síndromes: al odio y a la furia, la envidia, la amargura, la venganza, el despotismo, los chismes e incluso a la guerra. De modo que los mensajeros sólo han sido placebos. Yo no puedo derribar esa actitud.

Yo únicamente puedo alimentaros con conocimiento y animaros a discernir cada palabra; con esto se logra un impacto emocional, empezando a abrir el cerebro. Entonces, poco a poco, se encenderán las luces y podréis decir:" ¡ Desde el Señor Dios de mi Ser, lo hice! ¡ El pastel es mío!"
¿Y qué os he dado? ¿Cuál es mi legado?

Una profunda verdad.

Llegar a la eternidad es cuestión de cambiar la actitud hacia adentro.

Razonadlo. ¿Qué tal si...? ¿Qué tal si...? Sumadlo como en matemáticas; actuadlo con emoción, contempladlo.

Todo lo que habéis hecho en la vida lo hicisteis porque queríais hacerlo. Eso, por sí solo, fue un deseo a partir de la emoción. Querer es emoción.

¿Y qué es emoción? Es un poder invisible.

Entonces, ¿qué lo trasciende?

Está lloviendo afuera; esto no es una verdad nueva. Es una verdad olvidada.

¿No sabéis qué hay al otro lado? La realidad.

¿Qué os impelió a tomar este libro? ¿Un sentimiento? ¿Y qué le agregasteis a ese sentimiento? Que, de algún modo, este libro os ayudaría a convertiros en millonarios. Esa fue vuestra actitud.

¿Pero cuál fue la espontaneidad dentro del alma? La emoción, emoción.

Yo os digo que aquellos que viven en el mundo "real", los soñadores, están muertos. Han adorado el intelecto y han abandonado su emoción, relegándola a las mujeres tontas y los niños inmaduros.

Ellos nunca han vivido.

Y, un día, tendrán que comerse sus propias palabras, porque no tendrán otros bienes.

¿Dónde están los misterios? No los hay.

"No hay tiempo mejor que el presente ",
dije yo sintiendo la inutilidad
de hacer objeciones.
Max hizo un gesto disimulado y dijo:
"El único tiempo
que existe es el presente".


(El truco de la luz)